Todavía hablas de ello, todavía recuerdas cada uno de los momentos. Todavía escuchas su voz, su risa, todavía sueñas con él, con esa vida compartida. Te sigues levantando, acostando, soñando e imaginando con lo mismo. Durante las 24 horas del día. Todavía ansias su boca susurrando cosas preciosas al oído y su sonrisa a milímetros de la tuya.
Esas palabras, siguen doliendo como si de cuchillos clavados en la piel se tratase, y aún así, sigues pensando la forma para volver al principio, a aquellos días donde empezaba todo. Sigues buscando la manera de solucionarlo, de salvar lo que todavía queda vivo.
Y es ahí, cuando te das cuenta de que todavía sigues enamorada. De que nada a cambiado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario