jueves, 13 de junio de 2013

.

Yo también tengo momentos en los que deseo llegar a mi casa para cerrarme en mi cuarto y petar a llorar.
Yo también sonrío cuando se me esta cayendo el mundo encima.
Yo también finjo sonrisas, risas y un humor excelente.
Sí, muchas veces me hago la fuerte, es más, intento que no me vean mal, que no me vean débil. Prefiero no dar a ver mis puntos débiles para que el primer gilipollas tenga con que hundirme.
Pero puedo asegurarte que hace cuatro años podías derrumbarme con un solo un dedo, con una simple palabra. Ahora no, he cambiado mucho, me he hecho mucho más fuerte, sin quererlo. Pero es así. Ahora no puede hundirme cualquiera con cualquier gilipollez. Una va aprendiendo según lo que va sucediendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario